Carlos Gradín // "cae la tarde y" (spam)

"sé que en Iowa ahora deben estar llorandolos
niños en la tierra donde se deja a los niños llorar"
- Jack Kerouac


Cae la tarde y vos no estás,
cae la tarde y dan ganas
de llamarte.
Se termina el día.
Cae la tarde y es hora
de abandonar la playa.
Caen gotas, y la luz
es más tenue.
Los turistas se cansan
y los habitantes comienzan
a abrigarse más.
Cae la tarde y las sombras
de la noche
se apoderan de la ciudad.
Cae la tarde y una fina
lluvia apaga las hogueras
de la noche; a su paso
el vapor escupe hollín
y abate
su penacho largo y negro. (Th. Gaultier)
Antes de sumergirnos
en la marea incesante de Benarés,
cuando cae la tarde y miles
de criaturas se acercan
a mojarse al río y
a expresar su devoción por
seguir latiendo,
hicimos un pacto:
nada de flash-backs,
cada quien tenía
su pasado,
superestresante.
Cae la tarde y con ella la esperanza.
Cae la tarde y aparecen los aviones de la RAF,
cae la tarde y llega la noche
en la Costa del Sol.
La ciudad se dibuja tranquila
y solitaria sobre el cielo
azul, con edificios de balconadas
graciosas, pintadas de amarillo.
Cae la tarde y Gilberto Gil
guitarrea en la terraza de su departamento,
en uno de los edificios
de la colorida Vila do Farol.
Cae la tarde y el mundo sigue,
algunos árboles se tuercen,
aún no sabemos dónde
vamos a dormir.
Cae la tarde, y Anahí debe marcharse.
La caravana avanza. Se desata la tempestad.
Tu hija te ruega para que la lleves al desfile de la rambla.
En el altiplano una vaca da de mamar a su ternero,
junto al lago Titicaca.
La arista de roca, un pañal tendido,
y, encima de todo, el aliento de la anchura,
el vaho de sal y de miel
del verano levantino
cuando cae la tarde.
Y entonces Sigüenza
percibe el grito interior
sobrecogido: “¡Campo mío!” (Gabriel Miró)
Cae la tarde, y la verdad
es que hipnotiza.
Cae la tarde y el sol impiadoso de febrero.
Cae la tarde y el viento arrecia,
y esperás paciente.
Cae la tarde, y Christopher tiene
mucho ánimo para desvelarse
esta noche.
Desde las escaleras de una escuela
de medios audiovisuales
en la Pcia. de Buenos Aires,
se vislumbra la silueta de un hombre
de estatura mediana.
A la hora en punto de la cita,
Viggo Cormanti -las manos le tiemblan,
el cabello rubio destella
humedecido por la lluvia, (...)
- está al fin ante mí. (*** ??)
La tierra compacta de la Sierra de Juárez,
al pie de la Rumorosa, entre Mexicali
y Tijuana, se ilumina por el tono
rojizo de un sol que parece
llorar sobre el imponente y mágico
desierto de la Laguna Salada.
Cae la tarde, y en la trágica esquina
de avenida Rivadavia y Cabral,
es arrollada por un camión
Isabel Elisa Martínez de Ibarreta.
En ese inmenso silencio de los templos
tibetanos,
el buda reencarnado va
durmiéndose.
Cae la tarde y el mundo sigue,
y la luna se asoma.
Hoy probamos otro misil de largo alcance.
En la Plaza Italia comienzan
a juntarse los que celebran
la muerte de Pinochet.
Cae la tarde y Boca pierde 2 a 1.
Cae la tarde, y en el cielo de Madrid.
Cae la tarde, y cae la noche,
me llama el Carlos
pa un güen derroche.


*Poema realizado con los resultados de una búsqueda en Google mediante la frase
“cae la tarde y”

***
Carlos Gradin nació en Buenos Aires en 1980. Es Lic. en Letras. Tradujo manuales de informática, escolares y páginas web, además de catálogos de arte y libros de sociología. Compiló y tradujo la antología “:(){ ::& };: Internet, hackers y software libre” en 2004, disponible en la web.
Actualmente edita la revista PLANTA, de crítica de arte, literatura y nuevas tecnologías (www.plantarevista.com.ar), y mantiene el blog Diario de un viaje a Misiones (www.diariodeunviajeamisiones.blogspot.com).

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2 comments:

C.E said...

Gracias Lacónica! Ojalá sigas pasando cada tanto así te vas enterando de las nuevas incorporaciones y de las etapas del viaje de Javiera y las plaquetas, viaje que tendrá su propia crónica, como corresponde.

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